Hoy es el tercer día haciendo de viajeros por nuestra propia ciudad. Realmente, se descubren cosas nuevas a las que nunca le habías prestado mucha atención. ¡Está siendo un gran ejercicio!
Llegamos a la parada de Metro de Urquinaona y visitamos el Palau de la Música Catalana. El auditorio es otro de los referentes en arquitectura modernista, diseñado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner en 1905. Actualmente es la sede del Orfeó Català y sirve como auditorio para conciertos de todo tipo pero predomina la música clásica.
Seguimos por Vía Laietana hasta la Av. de la Catedral, donde encontramos la Catedral de Barcelona. Se trata de un edificio gótico que tiene partes construidas desde el S. XIII hasta el XV y la fachada principal del S. XIX. Vale la pena entrar y dar un paseo por su claustro y ver las 13 ocas blancas que contrastan espectacularmente con el entorno.
Para entrar de forma gratuita, los horarios son hasta las 12.30 por la mañana o a partir de las 17.45 por la tarde.
Volvemos a la Via Laietana para girar a la izquierda por el Carrer de l'Argenteria que nos adentra en el Barri del Born (un sub-barrio dentro del Barrio de la Ribera) y llegamos hasta "La Catedral del Mar", la Basílica de Santa María del Mar. Este contundente y robusto edificio se empezó a construir en 1329 y sería la iglesia para todos los que vivían en el barrio de La Ribera y los trabajadores del puerto, así que participaron todos en su construcción.
Después de la visita, justo detrás de la basílica encontramos la Plaça del Fossar de les Moreres, una plaza construida encima del antiguo cementerio de la iglesia y donde hoy se encuentra el monumento a los caídos en 1714, durante el asedio a Barcelona en plena Guerra de Sucesión. Y en este lugar tan cargado de simbolismo nos quedamos a comer en el restaurante Vegetalia, uno de los restaurantes que más nos gusta. Comida ecológica, buena variedad de platos y precios económicos. ¡Calidad que llega directamente de su propia producción!
Después de comer, seguimos la ruta hacia Les Rambles hasta llegar a la famosa estatua de Colón apuntando con su dedo índice hacia el mar Mediterráneo. Lo pasamos de largo en dirección al puente del Moll de la Fusta para cruzarlo y hacer un descanso con vistas al mar.
Bajamos a la playa y recorremos el Paseo Marítimo. Si miramos hacia atrás, veremos la silueta del famoso Hotel W (Hotel Vela), del arquitecto catalán Ricardo Bofill, a escasos 20 metros del mar. Esta construcción es algo muy cuestionado a nivel ético y legal pero con el paso del tiempo se ha acabado convirtiendo en parte del skyline de Barcelona.
Acabamos el paseo adentrándonos en el Parc de La Ciutadella que encontraremos a nuestra izquierda. Se inauguró en 1881 y se convirtió en el primer parque público y el más grande de la ciudad. En él encontrarás a multitud de jóvenes haciendo picnics, deportes, música, arte, un lago, un cascada, decenas de aves y una variedad bastante extensa de plantas.
Para cenar, vamos al restaurante Salero, a un par de calles del parque. Se trata de un restaurante en el barrio del Born, muy moderno y con cocina que fusiona lo más mediterráneo tradicional con gastronomía asiática y árabe. Además de su calidad, nos encanta porque es un restaurante solidario. Parte de sus beneficios van a ayuda social a través de Siramamy, una asociación que ayuda a las mujeres desfavorecidas y a sus hijos a través de talleres textiles.
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