
Hemos dormido estupendamente en el Hotel Hacienda Plaza de Puno y ahora vamos a por un buen desayuno buffet en la planta baja. El hotel está muy bien en cuanto a servicios y ubicación. Justo en la Plaza de Armas.
Iniciamos la ruta paseando hasta el puerto donde están empezando un desfile militar con un gentío impresionante. Todo el país ha estado adornado con banderitas peruanas y Puno no es una excepción.

Seguimos el camino intentando encontrar un barco de vapor de 1862 llamado Yavari, que se ha acondicionado como museo y B&B. Después de cruzar la mitad de Puno a pie, no conseguimos dar con él y empezamos a adentrarnos en una zona que no tiene muy buena pinta, así que damos al vuelta de nuevo a la plaza de Armas.
Callejeamos por el centro y entramos en su mercado. Un lugar muy pintoresco y lleno de puestos de comida, ropa, mercerías, ferreterías, etc. El bullicio de la gente es brutal.

El restaurante que elegimos para comer es el Restaurant Mojsa, un local situado en la planta superior de un edificio de la Plaza de Armas, con un carta deliciosa y cerveza artesana local. ¡Muy recomendable!
Por la tarde vamos de visita a Sillustani con un autocar que nos recoge en la puerta del hotel ya que es ahí mismo donde lo contratamos. Sillustani es una zona arqueológica con un cementerio de la cultura Kolla, donde se encuentran todavía las construcciones cilíndricas que se utilizaban como tumbas.
El pueblo Kolla vivía en esa zona antes de la llegada de los incas. Hablaban aimara y construían estas inusuales chullpas para enterrar a sus muertos. La más alta mide 12 metros y albergaba a una familia entera que se enterraba con sus pertenencias y con comida para que fuera equipado en su viaje final.

Esa zona del altiplano es bellísima. Encontramos otro lago, el Umayo, con unos singulares hipopótamos en su interior: vacas. Esas vacas entran al lago para alimentarse de sus algas. Todo el paraje, con las chullpas de fondo, vale la pena observarlo con tranquilidad.

En el trayecto de ida y vuelta pueden admirarse algunos pequeños pueblos tradicionales, con casitas típicas de piedra y con familias enteras que cuidan de sus llamas y alpacas en el corral interior.

Ya anochece y vamos de vuelta a Puno. En el hotel, a Isa le azota el mal de altura de forma muy virulenta. Fiebre, mareos, falta de apetito y un malestar general que dura unas cuantas horas, así que nos quedamos en el hotel intentando descansar pero hoy hay concierto hasta las 2 de la madrugada en celebración de las fiestas patrias, así que mañana barajaremos si vamos a poder continuar con nuestros planes o si tendremos que descender inmediatamente.
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